13/5/10
Los occidentales somos como los gatos domésticos. Nos sueltan en medio del campo y aún buscamos nuestra cajita de arena. No sabemos vivir en la naturaleza, somos una deformación de nuestro origen animal. Deberíamos saber defendernos en un medio virgen. Cómo los gatos domésticos, somos una distorsión de nuestra propia naturaleza, solo que a ellos esa distorsión les llega en forma de sometimiento proporcionado por nuestra occidental manera de vivir de la naturaleza, cuando deberíamos vivir con ella o en ella. A veces las preposiciones son fundamentales.
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